Madrid Río: 5 razones para dar un paseo por el Manzanares

A pesar de que los proyectos de Calle 30 y Madrid Río, impulsados por el ex alcalde de la ciudad Alberto Ruiz-Gallardón, dejaron las arcas municipales tiritando, un paseo por las orillas del río Manzanares es más que recomendable, tanto en alguna de las visitas turísticas que se organizan por sus orillas como a modo de ruta libre.

Todo el espacio liberado tras la soterración de la autopista M-30 se ha aprovechado para crear nuevos jardines y para poner en valor todos los monumentos que había en la zona. Aquí van cinco razones por las que te puedes acercar a este parque:

  1. Sus puentes históricos: aunque no suelen ser los monumentos más famosos ni más fotografiados, tanto el Puente de Segovia como el Puente de Toledo son construcciones históricas y bellas. El primero de ellos, de hecho, es obra de uno de los más grandes arquitectos de Madrid y de España, Juan de Herrera, y fue construido a finales del siglo XVI. En él destacan sus las simbólicas bolas herrerianas, que el arquitecto puso tan de moda. El segundo de estos puentes, el de Toledo, es algo más reciente, de principios del siglo XVIII, pero su autor es igualmente otro de los arquitectos más importantes para la Villa y Corte: Pedro de Ribera. Su estilo barroco churrigueresco se aprecia, sobre todo, en el conjunto escultórico central, que representan a San Isidro y a Santa María de la Cabeza.
  2. Una de las mejores vistas de Madrid. Precisamente desde el entorno del Puente de Segovia hay una de las mejores estampas de la cornisa histórica de la ciudad. El parque la ha recuperado, pues antes estaba solo al alcance de quienes pasaban (y se atascaban) con su coche por ese tramo de la M-30. Cualquiera de las visitas turísticas por Madrid Río os las harán descubrir, pero también podéis admirar las vistas desde la terraza del Café del Río, muy recomendable.
  3. La arquitectura moderna, también presente. Sobre todo, en el Puente de Arganzuela, del arquitecto francés Dominique Perrault, precisamente el autor de la Caja Mágica, aguas abajo, con el que guarda gran parecido, sobre todo en los materiales. Se trata de un lugar envolvente y muy fotografiable, tanto desde su interior como desde el exterior.
  4. El Matadero. Se trata probablemente del centro cultural contemporáneo más dinámico e interesante de la capital. Acoge no solo exposiciones de arte moderno, sino también obras de teatro de todos los estilos, conciertos, festivales y multitud de eventos culturales, que se dan cita en cualquiera de sus pabellones, como el de la Casa del Lector. Por cierto, si tienes curiosidad sobre el nombre de este complejo, te diré que se llama así porque aquí se encontraba precisamente el Matadero de Legazpi, el más importante durante buena parte del siglo XX, que además servía de mercado de ganados.
  5. Ocio para los más pequeños. Si buscas planes en Madrid para niños, en este parque encontrarás algunas opciones interesantes. Por un lado, hay muchas tiendas de alquiler de bicis y velocípedos (tándems, cochecitos, etc.) que os permitirán dar unas divertidas pedaladas por el carril ciclable que recorre todo el parque. Además, sus zonas de juego, bautizadas con el poético nombre de ‘ocio imaginativo’, entretendrán a los benjamines de la familia con toboganes, juegos de equilibrio y hasta tirolinas.

¿Has ido alguna vez a este parque? Una visita turística por Madrid Río o una ruta libre a tu aire te hará descubrir un lugar cada vez más querido por madrileños y viajeros.

Ricardo Domínguez es periodista y guía turístico de Madrid, y tiene diferentes blogs sobre el turismo y el patrimonio de la ciudad.
photo credit: En bici por Madrid Rio via photopin (license)

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Mejor segregar un carril bici que limitar la velocidad en Madrid Río

senda ciclable madrid río

La semana pasada se llevó a cabo lo que pedían desde hace tiempo ciclistas y peatones del parque Madrid Río: la señalización del carril bici.

Aunque mejor habría que llamarlo por su nombre: senda ciclable. ¿Qué es esto? Pues una solución que, en mi opinión, no favorece a nadie. En la senda ciclable conviven peatones y ciclistas, pero los primeros tienen preferencia sobre los segundos, por lo que las bicis no pueden sobrepasar un límite de velocidad: 6 km/h, que es más o menos el ritmo que lleva una persona cuando va corriendo. Y es molesto tanto para unos como para otros.

Teniendo en cuenta que Madrid Río tiene unos 9 kilómetros de punta a punta (desde la glorieta de Cádiz hasta el Puente de los Franceses, más o menos), recorrerlo entero llevaría al menos una hora y media. De esta forma se está favoreciendo que la bicicleta sirva para el ocio y el paseo, pero no como medio de transporte alternativo, limpio y saludable.

La mejor solución habría sido segregar un carril bici en un lateral de la senda ciclable de la margen derecha del río (la paralela a la avenida del Manzanares), ya que por esa orilla el trazado es más recto. La senda ciclable se puede mantener íntegra en la otra orilla (la de los paseos de Yeserías y de la Vírgen del Puerto), pues el recorrido es más sinuoso e invita al esparcimiento.

Esta segregación se haría simplemente trazando una línea de separación y dejando la mayor parte del espacio, por supuesto, para los peatones. Así, se podría circular a unos 12-15 km/h sin problema, un ritmo no peligroso para peatones despistados pero ligero para que los desplazamientos se hagan en un tiempo razonable.

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