Ruta por los Pueblos Negros de Guadalajara. De Campillo de Ranas a Majaelrayo

Los Pueblos Negros o la Arquitectura Negra es una de las escapadas más recomendables en la zona central de la Península Ibérica, sobre todo para los que quieren hacer una visita turística cerca de Madrid o un paseo de senderismo poco exigente y a dos pasos de la capital.

Este grupo de pueblos, situados en ambas vertientes del Pico del Ocejón (2.058 metros), son toda una sorpresa por lo peculiar de su arquitectura, que toma casi exclusivamente la pizarra como material constructivo, de ahí su color negro tan característico. Está en vías de ser nombrado Patrimonio de la Unesco y forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, donde también destaca el Pico del Lobo-Cebollera y el Hayedo de Tejera Negra.

FICHA TÉCNICA DE LA RUTA

Lugar de salida: Plaza de la Iglesia de Campillo de Ranas.

Lugar de llegada: Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, en Majaelrayo.

Longitud: 4 kilómetros y medio.

Duración: Dos horas y media el recorrido completo, ida y vuelta.

Dificultad: Baja, sin grandes desniveles.

Comentarios: No hay grandes peligros. Aún así, se recomiendo no salirse de los senderos.

Cómo llegar: Quien vaya a hacer esta ruta desde Madrid, lo mejor es ir en coche por la A-2 hasta Guadalajara. En la salida 53, seguir dirección Avenida del Ejército, después Avenida Pedro Sanz Vázquez, seguir por Paseo de la Estación y de ahí tomar la carretera CM-101. Pasado Humanes, tomar la CM-1004 hasta Tamajón. Este pueblo es la puerta de entrada a los pueblos negros. Hay que atravesarlo y seguir dirección Campillo de Ranas en todo momento.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA

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Por el camino que lleva hacia las eras se ven ya las marcas rojas y blancas que indican el GR, muy bien señalizado en todo momento. Los primeros metros llevan al viajero por el arroyo de Agua Fría y por el Cerro Cabeza de Ranas, y muestran varios carteles explicativos acerca de la escasa densidad de población de la comarca y de la rica flora, donde abundan los robles, así como de la fauna salvaje, entre cuyas especies destacan las abejas, corzos, jabalíes, gatos monteses o zorros, como el que pudimos vislumbrar a lo lejos en pleno casco urbano de Majaelrayo.
Esta ruta comienza en la Plaza de la Iglesia de Campillo de Ranas, donde el senderista ya se puede hacer una idea de la peculiaridad de estos pueblos. A mí personalmente también me ha llamado mucho la atención el reloj de sol de la plaza: siento predilección por estos artilugios que han marcado la hora a tantas y tantas generaciones. La curiosidad de este y de todos los actuales es que muestran el desfase horario al que estamos sometidos en España: dos horas. Cuando el reloj de sol marcaba las 12.00, eran las 14.00.

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Pero para ello primero tuvimos que llegar al pueblo intermedio de la ruta: Robleluengo, una aldea ideal para las casas rurales, un turismo que llega de Madrid y otras ciudades cercanas para desconectar del estrés urbano. Su iglesia parroquial es tan humilde como bella, de influencia románica pero puramente ‘negra’.

Dejando la iglesia a nuestra izquierda se sigue por el camino de Majaelrayo, que ya comienza a verse a lo lejos, con la figura imponente del Pico del Ocejón a su lado, mostrando su vertiente occidental. Aunque hay que decir que la vertiente más famosa es la oriental, la que se ve precisamente desde muchos puntos de toda la provincia.

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Al no ser una ruta circular, la vuelta es por el mismo camino. Quien se vea con ganas, puede ir a Valverde de los Arroyos (9 km, 4 horas) o subir al Pico del Ocejón (13 km, 5 horas). Ambas rutas esstán señalizadas.
Majaelrayo es también uno de los pueblos mejor conservados de todos los denominados ‘negros’. Su edificio principal es la iglesia de San Juan Bautista, pero a mí personalmente me gustaron las humildes casas particulares en las que aún se pueden ver las cruces o letras en cuarcita lechosa, la única nota de color en los muros negros de las edificaciones. Su finalidad sigue sin estar clara: pura decoración, una forma de pedir protección divina o una muestra de cristiandad por parte de judíos y musulmanes conversos.

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Ricardo Domínguez es periodista y guía turístico en Madrid. Y por encima de todo, amante del senderismo y de los viajes.

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Ruta por la Sierra Norte de Madrid: Torrelaguna – Atalaya Arrebatacapas

Torrelaguna es un pueblo del noreste de Madrid con un gran atractivo cultural (fue declarado Monumento Histórico-Artístico y supone una de las visitas turísticas más recomendables en la Comunidad de Madrid) pero también paisajístico. Se puede decir que es justo la transición de la Sierra Norte con la vega del río Jarama.

Ofrece muchas rutas sencillas para principiantes y caminos perfectos para la marcha nórdica, una actividad que se está creciendo mucho en los últimos años gracias a empresas de multiaventura como Planetsport, que organizan salidas programadas y guiadas en grupo o en privado.

Una de sus imágenes más características son las Calerizas, ese monte-barrera jalonado por los sifones del Canal de Isabel II. En esta ruta de los alrededores de Madrid atravesaremos esta particular barrera, tras la cual se esconde un paisaje más serrano que campestre. El GR-10, una de las vías de senderismo más largas y bonitas de España, nos llevará hasta las inmediaciones de la Atalaya de Arrebatacapas.


FICHA TÉCNICA DE ESTA RUTA EN LA COMUNIDAD DE MADRID

Lugar de salida: Plaza Mayor de Torrelaguna.

Lugar de llegada: Atalaya de Arrebatacapas.

Longitud: 4 kilómetros.

Duración: Dos horas el recorrido completo, ida y vuelta.

Dificultad: Baja, sin grandes desniveles, salvo el primer tramo hasta alcanzar el Sifón de Matachivos

Comentarios: No hay grandes peligros. Eso sí, se ruega mucha precaución al cruzar la carretera M-131, pues justo pilla en una curva cerrada y a veces pasan los coches a gran velocidad.

Cómo llegar: Desde la A-1, el desvío de Torrelaguna es en la salida 50, ya se venga desde Madrid o desde Segovia. En ese momento se toma la N-320 y tras ocho kilómetros ya llega la indicación de Torrelaguna. Desde Guadalajara también se puede venir por la N-320, hasta la salida 332.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA POR TORRELAGUNA

photo credit: M.Peinado via photopin cc

Esta ruta por la Sierra Norte de Madrid comienza en la Plaza Mayor de Torrelaguna. Para quienes sigan la ruta con el GPS de Wikiloc, verán que comienza en la calle Real de los Merinos, pero eso es solo porque es ahí donde dejé el coche para iniciarla yo mismo. En cualquier caso, hay que dirigirse a la calle San Sebastián y recorrerla hasta el final.
Al poco de terminar la calle San Sebastián sale un pequeño sendero que sube empinado a mano izquierda, abandonando el arroyo a la derecha. Este pequeño sendero nos lleva al sifón de Matachivos, que lo sobrepasamos por su lado izquierdo.

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Desde entonces, comienza nuestro camino, una pista de arena de la que nunca hay que salirse. Tras unos 15-20 minutos, se nos presenta una bifurcación de tres opciones. Yo me decidí a tomar la central, que se transforma en una pequeña vereda hasta la carretera. Las otras dos opciones, me imagino, también podrían conducir al entorno de la atalaya.

En este punto, mucho cuidado, porque se cruza la carretera M-131. Al otro lado de esta carretera, un pequeño sendero lleva directamente a la atalaya Arrebatacapas. Llama la atención que este lugar tan bonito y con tanta historia (una torre vigía construida por los árabes en el siglo IX en la llamada Marca Media) no esté acondicionada, ni siquiera para llegar a sus inmediaciones. De hecho, por lo que se ve, estaba vallada y los senderistas han tenido que abrir un acceso espontáneamente para llegar a ella.

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Como se puede imaginar y como ocurre desde cualquier torre vigía, las vistas desde allí son espectaculares: la Sierra de la Cabrera, Redueña, Cotos de Monterrey, la vega del Jarama, las instalaciones del Canal de Isabel II…

La vuelta, al ser una ruta lineal, se realiza por el mismo lugar.

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Ricardo Domínguez es periodista, guía turístico de Madrid y entusiasta de la naturaleza.

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De molino a molino, en La Hiruela

La Hiruela es uno de los secretos desconocidos de la Comunidad de Madrid. Su pequeño caserío guarda mucho encanto, pero su gran atractivo es su medio ambiente: este pueblo es uno de los cinco que conforman la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón y eso es una garantía de respeto por los recursos naturales, por la tradición y por el desarrollo sostenible.

En La Hiruela hay cuatro o cinco rutas de senderismo por Madrid muy recomendables para todos los públicos: sencillas, tranquilas y bonitas. Una de ellas es esta, De molino a molino, en la que se visitan las ruinas de uno y el nuevo uso recreativo de otro, junto a otros lugares de mucho interés, como un robledal o el río Jarama en su primer tramo.

El momento ideal para hacer esta ruta es otoño, y más concretamente a mediados de octubre. Y el que quiera paz absoluta, cualquier rato entresemana es perfecto. Los fines de semana hay más trasiego, pero a mí tampoco me molesta: ¡Un lugar tan bonito se debe conocer y compartir! Yo hice esta ruta a mediados de noviembre y muchas de las hojas que semanas antes coloreaban el panorama alfombraban ya el suelo de la senda. ¡Pero caminar sobre ellas también es una gozada!

Aquí van los detalles de una de las rutas de senderismo por Madrid que más te sorprenderá:

FICHA TÉCNICA

Mapa proporcionado por el Centro de Recursos de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón



Lugar de salida y llegada: Plaza de San Miguel, La Hiruela. La ruta es circular. La senda comienza en la calle que sale a mano izquierda, si miramos a la fachada de la iglesia.
Longitud: 4,5 kilómetros.
Duración: 2 horas.
Dificultad: baja. Únicamente pueden aparecer algunos tramos menos sencillos al pie del Jarama.
Comentarios: está muy bien señalizada. Sigue los hitos con la inscripción «De molino a Molino» o bien las marcas blancas y amarillas de Sendero de Pequeño Recorrido. El folleto explicativo se puede conseguir en el Centro de Recursos e Información de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón (Calle Real 64, Montejo de la Sierra). El final, hecho a la inversa, puede ser una buena ruta para niños muy pequeños (desde el pueblo hasta la zona recreativa del molino).

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA


La ruta se inicia por un agradable camino que desciende entre árboles frutales, como perales, manzanos o cerezos. Cuando se abre algún claro, se divisa uno de los atractivos de la ruta al otro lado del Arroyo de la Umbría: el robledal.

Robledal en la senda (click para ampliar)

El mencionado robledal lo componen jóvenes rebollos y se asienta sobre una pequeña ladera que desciende hacia el Jarama. Este río, que nace en el Pico Tres Provincias, salva aquí sus primeros kilómetros y se muestra tranquilo, limpio y agradable.

El Jarama (click para ampliar)

Al poco tiempo de caminar junto al Jarama, encontramos uno de los dos molinos de la ruta: el de Juan Bravo. En realidad son unas ruinas muy deterioradas que apenas sirven para imaginarnos cómo era esta infraestructura tradicional. Un cartel explicativo nos cuenta que era de uso privado pero solo se molían cereales y bellotas «en basto» para la alimentación del ganado. Dejó de funcionar en 1860 y daba servicio a muchas localidades de la zona.

Ruinas de molino (click para ampliar)

En su entorno se abren bonitos claros en forma de pradera. El camino también se vuelve algo más difícil en algunos tramos, pues se ve empujado a pasar por una ladera pedregosa. Cuando el cauce es especialmente alto, a veces se pierde la senda. Por tanto, conviene ser más cautos aquí, sobre todo con niños.

Pradera y vegetación de ribera (click para ampliar)

El segundo molino de la ruta es el de La Hiruela, que fue restaurado en el año 2000 para hacerlo visitable. En su exterior hay una agradable zona de recreo, ideal para tomarse el bocata o para dejar que los niños tengan cierto esparcimiento.

Zona recreativa (click para ampliar)

Desde aquí, el final de la ruta es sencillo: se asciende por una vereda a la sombra de más árboles frutales, demostrando por qué La Hiruela tiene cierta fama en el cultivo de este tipo de árboles. De hecho, este tramo podría ser en sí mismo una de las rutas de senderismo por Madrid para familias con niños muy pequeños: del pueblo hasta aquí, ida y vuelta, son apenas 30-40 minutos. Los tramos más complicados cuentan con pasarelas de madera, que hacen el camino mucho más fácil.

¿Qué te parece la ruta? ¿La has hecho ya? ¡Deja tu comentario y comparte tu opinión o tu experiencia con los demás!

Ricardo Domínguez es periodista, guía turístico de Madrid y entusiasta de la naturaleza.

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