En el anterior post sobre este tema me centré en las cuestas y en el tráfico. En esta ocasión lo haré en otro argumento que se da para no ir en bici por Madrid: “Es que llegas a todos los sitios sudado…”.
Sí, se suda. Es cierto. Pero hay remedios. No para dejar de sudar (bueno, algún desodorante especial venden en las farmacias), pero sí para combatir la sensación de ir sudado.
En invierno las temperaturas en Madrid son bajas, así que la sudoración en la bici es casi insignificante. Por otro lado, las temperaturas medias de gran parte del otoño y la primavera son realmente propicias para el uso de las dos ruedas. Además, las cuestas abajo, que suelen suponer la ida o la vuelta del viaje, tampoco son un problema en ninguna época del año porque con pendiente favorable el esfuerzo es mínimo. Los tramos llanos son igualmente muy llevaderos.
Ahora bien: ¿qué ocurre cuando se junta el calor y una cuesta arriba? Pues, inevitablemente, se suda. Pero aquí os dejo varias cosas que se pueden hacer para contrarrestarlo:
1) Utilizar ropa transpirable. Es realmente efectivo. El algodón se empapa enseguida. En Decathlon hay camisetas de este tipo que son muy discretas por ser lisas y de colores planos. Además, son baratas y pueden pasar como unisex. Son las de la marca Domyos de 3,90 euros.
2) Si tienes un lugar de trabajo fijo, puedes organizarte para llegar cinco minutos antes, pasar al servicio, cambiarte de ropa y asearte a tu gusto.
3) Aunque yo no desaconsejo el uso del casco en ningún caso, la normativa de la DGT lo deja como opcional en condiciones extremas de calor (página 7). Lo que padecemos en Madrid, al sol, a mediodía y en verano, yo creo que sí se podría considerar como calor extremo.
Estas son tres medidas concretas que echan por tierra la excusa de no coger la bici porque “llegas a todos los sitios sudado”. En realidad, la verdadera razón de quienes esgrimen tal argumento es la comodidad. Así que…
¡Sé incómodo!
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