En la estación de Metro de Ópera hay un gran museo subterráneo, buen ejemplo de que los esfuerzos por mantener el patrimonio histórico merece la pena. Quizá no económicamente, pero sí culturalmente. El museo subterráneo del Metro de Ópera es gratuito y alberga varios monumentos de gran valor arqueológico: el acueducto de Amaniel y la Fuente de los Caños del Peral.
Ambos permanecían ocultos y enterrados en el entramado de la estación, y salieron a la luz con la remodelación efectuada hace unos años, por lo que se decidió su restauración y musealización.
Comparando las fotografías anteriores a la restauración con su el estado actual, se observa que el acueducto ha perdido varios ojos: tenía tres y ahora sólo muestra uno. Pero, a pesar de las variaciones que puede haber sufrido el conjunto, se puede decir que ha sido una gran restauración y que ha conseguido poner en valor dos monumentos de incalculable valor.