Una idea para desplazamientos norte-sur en bici por Madrid

La M-30 es la principal arteria de tráfico norte-sur de Madrid, y no por casualidad. Desde Manoteras a los túneles de Madrid Río sigue el curso de lo que en su día fue el arroyo Abroñigal. No tiene especial desnivel, sólo una ligerísima pendiente en sentido sur, y el trazado es muy recto.

Por ello, diseñar un carril bici paralelo a este tramo de la M-30 podría ser una buena solución para desplazamientos de este tipo. Igual que Madrid Río se ha convertido en un buenísimo eje ciclista este-oeste, Madrid no tiene uno equivalente en la dirección norte-sur. El tan ansiado (como olvidado) carril bici de la Castellana sería una solución para los trayectos céntricos, pero no para otros más periféricos.

El otro día fui en bici desde Legazpi hasta Conde de Casal y pude ver que el terreno es muy propicio para trazar un carril bici ‘low cost’. El parque Tierno Galván es tranquilo y las calles del Cerro Negro y de Arregui y Aruej tienen un paseo peatonal lo suficientemente ancho como para dejar espacio a un carril bici ‘low cost’. La foto es una buena prueba de ello.

Si además se adaptara el cruce de Méndez Álvaro y se alargara por el norte hasta el Parque Roma, tendríamos como resultado una interesante arteria norte-sur para desplazamientos en bici: largo, sin apenas desnivel y conectada con otras vías ciclistas (Madrid Río, Anillo Ciclista y carril bici de O’Donnell).

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